miércoles, 23 de diciembre de 2015

El Pan Más Deseado

Este año una visita a un anciano enfermo me ayuda en entender mejor lo que significa la navidad.

Hace una semana, alguien vino a nuestra puerta para pedir los sacramentos para su vecino en condición grave.  Fuimos al otro lado de Comayagua, y encontramos el anciano en su cama, flaquísimo y muy débil pero alerto y con  ojos brillantes.  Él me dijo que no había comido nada por tres semanas por una enfermedad y los dolores del estómago.   Después de confesarse y recibir la unción de los enfermos, él quería comulgar. Después de rezar el Padre Nuestro, empecé a abrir el pyx  con el Santísimo y rezar “Cordero de Dios….” Y inmediatamente este hombre empezó a esforzarse arriba en su cama.  Solo podía levantar su cabeza y sus hombros un poco de la cama, pero el esfuerzo y el anhelo que él expresaba en ese momento era más que un hombre saludable arrodillándose con su cara al suelo. ¡Me apuré en rezar las palabras del rito para responder a su esfuerzo y darle el Cuerpo de Cristo!

El deseo de ese hombre para recibir la Santa Eucaristía me impactaba mucho.  Aún más, pienso que ese encuentro sencillo representa muy bien la realidad  del misterio que celebramos en la navidad.  Alejandro, el anciano enfermo en su cama, representa nuestra humanidad – frágil, enferma, pero con anhelos grandes para levantarnos a Dios.   La realidad es que no podemos levantarnos a Él.  Solo podemos unirnos con Él cuando Él se baja a nosotros.
 
La navidad es un misterio eucarístico.  El Señor nació en Belén, que significa en hebreo “Casa del pan”.  Los pastores Lo encontraron en el pesebre.   El pesebre es un símbolo aún más claro que una mesa porque solo hay una cosa que encontramos en un pesebre –  la comida.  El Salvador se bajó para ser nuestra comida. 

En la capilla en Greccio, Italia, donde San Francisco empezó la costumbre de tener réplicas de Belén para la navidad, con animales vivos, se puede celebrar la misa con oraciones de la navidad cualquier día del año.   Es verdad que la misa hace la navidad de todos los días.    San Buenaventura dijo que cada misa tiene el mismo poder y gracia potencial que el nacimiento del Señor.    Cada misa nos invita dar gracias por la humildad y misericordia de Dios, por la comunión con la naturaleza divina que es posible porque el Hijo de Dios comparte nuestra condición humana.

¡Que glorifiquemos el Rey en el pesebre!   ¡Feliz Navidad!
P. Ricardo, CFR


viernes, 11 de diciembre de 2015

 LA CONSAGRACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

(La Virgen de Guadalupe es la patrona de nuestra comunidad y tenemos la costumbre de renovar nuestra consagración a ella cada año.  Esta es la oración que usamos, si querría orar con nosotros).

Oh Virgen María, Señora de Guadalupe, Reina de los Ángeles y Madre de la Iglesia, bajo la cruz de tu Hijo Divino, fuimos confiados a tu cuidado maternal.  Por tu presencia ayudaste a la Iglesia naciente mientras que rogó y esperó el don del Espíritu Santo. Con esa misma devoción nos consagramos a tu Corazón Inmaculado este día y nos colocamos debajo del manto de tu santa protección.

Consagramos a ti nuestra vida de oración, de modo que puedas dirigirla al corazón de Dios, que nos mantengas en una disposición de confianza y recogimiento profundo y silencio interior.

Consagrarnos a ti el cumplimiento de nuestros votos, iluminados por tu virginidad perpetua de corazón y mente, en acuerdo con tu "sí" incondicional al anuncio de Dios. Que seamos verdaderamente pobres de hecho y de espíritu, como nuestro Santo Padre Francisco y nuestra Santa Madre Clara.

Consagramos a ti nuestra vida en comunidad: que pueda resonar con tu humildad, con servicio fraternal, con amor incondicional, como era tu familia con Jesús y San José en Nazaret.

Consagramos a ti nuestro trabajo y nuestro apostolado: especialmente nuestro trabajo con los pobres y los sin casa ni hogar. Que sea una intensa y espiritualmente provechosa cooperación del establecimiento del Reino de tu hijo Jesús en esta tierra. Dedicamos nuestra predicación y nuestro trabajo de sanar las divisiones a ti, la madre de todos los cristianos.

Consagramos a ti la totalidad de tu pequeña reforma, como San Francisco en la Porciúncula.  La ponemos a tus pies, de hecho en tu Corazón Inmaculado y Doloroso.

Oh María, nosotros vemos que tan imperfecto y débiles somos, pero al mismo tiempo estamos muy seguros colocándonos sin reservación alguna en tus manos, como perteneciendo totalmente a ti. Tú nos ayudarás a crecer como individuos y como comunidad. En este acto de consagración (que estamos renovando) queremos abrir de par en par las puertas de nuestros corazones y de nuestra fraternidad y decirte - es toda tuya, María.

Haz de nuestra familia espiritual una expresión nueva del carisma original y fresco de su antigua reforma Capuchina.  Santifícanos y llénanos de un amor radiante; concédenos corazones ardientes, puros y bondadosos. Envíanos nuevos hermanos y hermanas para que podamos seguir glorificando a Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y para aumentar la vitalidad de la Iglesia.

O María, tu eres nuestra esperanza, nuestra fuerza, la manera más segura y más rápida para crecer en la santidad.  Madre, somos tuyos y tú eres nuestra ahora y por siempre.  Amen.

¡Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de nuestra comunidad, ruega por nosotros!



sábado, 21 de noviembre de 2015

El Reino de la Verdad

Es apropiado que este fin de la semana, cuando estamos celebrando la fiesta de Jesucristo, el Rey del Universo, estamos ayudando en un retiro llamado “La Libertad” (o también “Desatado”).  Es basado en un método de la liberación interior desarrollado por Neal y Janet Lozano, en ingles llamado “Unbound.”  Es un proceso de 5 pasos o llaves, los del arrepentimiento, del perdón a otros, de la renuncia, de la autoridad, y de la bendición del Padre.

En este contexto, la celebración del Reino de Cristo es más clara.  Es un reino interior más que todo, y es un reino de la verdad, la verdad que nos hace libres. El reino del Señor nos hace libre contra la esclavitud de las mentiras y poder del enemigo, el diablo, y del egoísmo. 

Al terminar el año litúrgico y para entrar en un nuevo año de la iglesia, el año de la misericordia, es un buen tiempo para preguntarnos, ¿Cuáles son las mentiras del enemigo que escucho con frecuencia?  He aquí  algunos ejemplos: 

“-Nunca llegará yo a nada.  Soy un fracaso.”
“-Siempre es mi culpa.  La enfermedad o muerte o abuso o adicción de mi madre/padre/hermano, etc., es culpa mía.”
“-Soy feo/fea.”
“-Dios no me puede ayudar.  No puedo cambiar mi vida ni mis hábitos.”
“- Dios quiere castigarme.  Mi vida está condenada.”
“-Dios no me puede perdonar.  Dios no podría amarme.”
“-No puedo escuchar al Señor.  Dios no quiere hablar conmigo.”
“-Tengo que hacerlo todo yo mismo – Nadie puede ayudarme.”

Cuando escuchemos estas mentiras u otras tentaciones similares del enemigo, tenemos que renunciarlas en el nombre de Cristo, con confianza que Él tiene las palabras de la vida y la verdad.  Con confianza y humildad, le pedimos al Señor que El meta estas mentiras en sus llagas sagradas y también que Él nos hable la verdad en nuestros corazones.

Es muy útil seguir los otros pasos del arrepentimiento, autoridad, perdonar, y la bendición del Padre también, para encontrar la libertad del reino de Dios.  Se puede leer más sobre estas llaves en el sitio de red www.heartofthefather.com .

Por favor, ruega por los jóvenes que están en este retiro con nosotros aquí en Comayagua, que ellos puedan perseverar en la nueva libertad que encuentren en el Señor Jesucristo, el Rey del Universo.

¡Viva el Cristo Rey!

P. Ricardo, CFR




miércoles, 11 de noviembre de 2015

Valen más que las estrellas

Por tradición, dedicamos nuestras oraciones durante el mes de noviembre por las almas de los fieles difuntos, los que están en el purgatorio.  Recordamos que importante es la salvación de cada alma.

Un día, después de ayudar con confesiones en la catedral de Nueva York, yo estaba caminando en la acera con mucha gente pasándome.  De repente, recibî en ese momento el entendimiento de que cada persona, cada extraño pasándome, importa más a Dios que todas las estrellas y galaxias del universo.  Comencé a orar por cada uno.  Era un momento de iluminación – algo que ya sabía con mi mente pero, con la gracia del Señor, entendía más con mi corazón.  Desgraciadamente, no mantengo esa visión tan claramente con cada persona que le encuentro, sino todavía es la verdad.

Como escribió C.S. Lewis, si pudiéramos ver la condición final de cada persona, estaríamos tentados de adorarla como un dios o huir de ella como un demonio más feo.

Los que están en el purgatorio tienen su trabajo de purificación – !tal vez tomando soda del sabor de chicle, como decía nuestro Padre Benedito! – pero algún día van a reflejar la gloria de Dios de una manera que no podemos imaginar.  Ellos necesitan nuestra generosidad en la oración y la penitencia unida con la ofrenda de Jesucristo.  Cada uno vale más a Dios que todo el universo material, porque todas las estrellas y galaxias van a desaparecer algún día, pero cada alma dura para siempre.

Vale nuestro recordar.

¡Que el Señor le dé la paz!
P. Ricardo, CFR


martes, 27 de octubre de 2015

El Cielo en el Aeropuerto

La semana pasada fui a Colombia y pasé por el aeropuerto en Panamá.   Por la gracia del Señor encontré una capilla muy bonita y católica entre las tiendas del aeropuerto.   Muy inesperado entre las tiendas de joyas, de ropa, de licores, etc. estaba presente el Señor Jesucristo en el tabernáculo.  Era una capilla pequeña con unas bancas de madera, el altar, la vía crucis en las paredes, el crucifijo bonito y dos imágenes de la Madre de Dios.   Fue una consolación grande para mí, y me pareció para muchas otras personas viajando por ese “templo” de consumerismo, como un mall en cualquier ciudad.  Poca gente detenían para hacer una oración en ese lugar, pero para los que aceptaron la invitación de hablar con Dios allí fue muy especial y un buen testimonio también a los otros pasajeros.

Pensaba yo que el aeropuerto muestra el éxito de la humanidad en cruzar los cielos, que cada puerto proclama un destino a cualquier parte del mundo (Puerta # 20 para Washington, Puerta # 33 para Londres, etc.) ¡ Pero esa capilla es el puerto al cielo, sin necesidad de un motor de turbina!

Pienso que nuestro papel como religiosos es similar.  Caminamos por todas partes del mundo con el hábito que significa nuestra consagración a Dios, y que proclama con sencillez que todavía Dios está con nosotros, que Él está presente en un mundo secular.   El hábito es un recuerdo de la realidad de Dios y también funciona muchas veces como un espejo para revelar la vida espiritual de las personas que encontramos en el camino.  Algunos nos sonríen, algunos se burlan de nosotros, algunos nos piden oraciones, algunos nos ignoran, como la respuesta o reacción ante la capilla en el aeropuerto.

Cuando  yo estaba regresando a Honduras por Panamá, tuve suficiente tiempo para celebrar la Santa Misa en esa capilla.  Empecé solamente con un trabajador del aeropuerto pero en un minuto llegó una pareja y después de pocos minutos la capilla estaba llena de personas.  Fue una buena experiencia de la universalidad de la Iglesia Católica y la hermandad que tenemos con personas desconocidas – de repente experimentamos ser un cuerpo en el Señor Jesucristo por la Eucaristía.  Les dije después de la misa que esperaba conocerles un día en el cielo, por la misericordia de Dios.  Joyas, ropa, licores… y una epifanía del Hijo de Dios. 

Pidamos al Señor que seamos como esa capilla, esa puerta al cielo, en el aeropuerto.

¡Paz y bien!

P. Ricardo, CFR

domingo, 11 de octubre de 2015

Nuestro Santo Patrón, San Serafín

Celebramos el  lunes, 12 de octubre, la fiesta de San Serafín de Montegranario (1540-1604), el patrón de nuestro convento en Comayagua, Honduras.  Nos damos cuenta que él no es muy conocido, entonces queremos  explicarles  un poco de su vida.

Una razón que lo escogimos como patrón de este convento es que él era un albañil pobre de una familia pobre.  Sus padres murieron muy jóvenes y solo su hermano mayor lo cuidaba, y lo cuidaba con poco cariño.  Su hermano le trataba más como un siervo, y lo golpeaba si no trabajara tan rápido.  Pero una santa mujer le explicaba el evangelio y las vidas de algunos padres santos del desierto.  El corazón del futuro santo inflamó con el deseo de hacer el mismo, y la santa mujer le dio el consejo  que él entrara a los capuchinos.

San Serafín no sabía leer ni escribir, pero escuchaba profundamente a la palabra de Dios, y muchos predicadores lo buscaban para hacerle preguntas sobre las escrituras.   No tenía muchas habilidades de trabajar, y parece que el carecía una buena memoria.  Por ejemplo, una biografía dice que “cuando hace de cocinero, es martirio para la comunidad: un día se olvida echar la sal en la olla, otro día cada plato resulta un salero.”  Por eso, no tenía un oficio fijo en la comunidad y muchos se burlaban de él, en la calle y aun entre sus hermanos.   Pero el aceptaba los insultos con mucha humildad y buen humor y tenía el hábito de decir “¡O santito mío! ¡Dios te pague este favor que me haces!”

El Señor hacía muchos milagros por San Serafín, tal vez más que por cualquier otro Capuchino, incluso San Padre Pío.  A su hermano mayor, que lo había maltratado mucho en la juventud, él le sanó inmediatamente de todas sus heridas por haber caído de un andamio.  Hay muchas historias de sanaciones, de multiplicación de comida, y de milagros con peces y otros animales que lo obedecían.  Se lo reveló el secreto de las gracias milagrosas a otro fraile.  El siempre rezaba el rosario para los que le insultaban y decía “hágase según su voluntad” a las adversidades.  El Señor le reveló que esto ganaba las respuestas positivas  y milagrosas a sus oraciones.

Él fue generoso con Dios en la oración y la penitencia y generoso con su prójimo en las obras de caridad.  Yo puedo testificar que el continua en ayudarnos con su intercesión cuando necesitamos ayuda celestial.  Estamos muy agradecidos a Dios por nuestros santos hermanos y amigos.

San Serafín de Montegranario, ¡Ruega por nosotros!

P. Ricardo, CFR


 

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mucho Incienso para Nuestro Papa Francisco

La semana pasada nos visitó aquí en Nueva York un huésped especial: el Papa Francisco. Yo estoy en mi cuarto año de estudios de teología, y junto con los demás seminaristas, tuve la bendición de servir en ciertas capacidades litúrgicas durante su visita. En particular, me escogieron (no se porque) para servir como diácono del incienso durante las vísperas solemnes en la catedral de San Patricio en Manhattan. Tuvimos muchas prácticas para que se nos hiciera más fácil. Con anticipación y emoción esperábamos su venida al catedral (¡sí que había bastante seguridad!).
Cuando mostraron en la tele (hay televisiones colocadas dentro del catedral, para que la gente vea mejor) que el Papa venía en rumbo por la calle de 5th Avenue la gente se puso jubiloso y se sintió la energía y emoción subir aún más. Claro que al abrir los portones grandes, el Papa entró en la catedral, y todos—junto con el Cardenal Timothy Dolan—lo recibieron con cariño y alegría.
En la hora de las vísperas, todo salió bien gracias a Dios. Yo serví bien incensando el altar, el Papa, y todos los demás. Las palabras de Su Santidad nos animaban para amar y rezar por el prójimo, especialmente por la gente musulmana quienes sufrían una tragedia en su lugar de peregrinación en Mecca. Después de vísperas el Papa saludo a cada uno de los seminaristas quienes habíamos servido durante las vísperas.
Esa noche tomé el metro para regresar al convento. Fue una alegría viendo otros frailes (el Padre Pascual, Fray Teresiano, etc.), las “madres de Calcutta,” monjas de India, feligreses, y personas de otras religiones (o ninguna religión) quienes me contaban del admiro que tenían para el Papa. También muchos de los católicos quienes no practicaban su fe tenían ganas de regresar a la Iglesia. Este día y el día siguiente en Madison Square Garden, la presencia del Papa nos ofreció la oportunidad de relacionar con la gente a un nivel más humana y amable que normalmente sucedería. Toda la ciudad cambió. Claro que siendo fraile con barba ofrecía bastantes oportunidades para dialogar, evangelizar y dar testimonio de nuestra fe católica.
El Papa Francisco se ofrecía de sí mismo y seguía adelante, a pesar de su edad y salud. El Espíritu Santo lo animaba en su misión a los Estados Unidos, y hemos sido animados también.
Ahora hay que rezar por el Sínodo de la Familia que ya pronto empieza. El día inicial es justo el día de un santo especial: el 4 de octubre. San Francisco de Asís, ruega por nos.

Fray Antonio María Diez de Medina, CFR

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Lo Viejo y Lo Nuevo

San Mateo, el primer nombre que encontramos cuando abrimos el Nuevo Testamento, escribió unas palabras del Señor que caracteriza su evangelio y también algo que esperamos para nuestra comunidad de frailes.  Dice “Todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas” (Mt 13:52).

Inspirado por el Espíritu Santo, San Mateo mostraba la continuidad entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.   Dijeron algunos padres de la Iglesia que el nuevo está escondido en el antiguo y el antiguo está cumplido en el nuevo.

Hay algo similar que ocurre en las reformas franciscanas, como la de nosotros.  Queremos captar la inspiración original de nuestro fundador, San Francisco.  Pero también queremos traducir esta inspiración y carisma en sus raíces, con entusiasmo y de manera auténtica, en el “idioma” de nuestro día. Queremos seguir al Señor Jesucristo con un amor radical, en una continuidad dinámica con la historia franciscana.   Esto es el reto de todas las reformas.  Es lo que significa nuestro nombre de “Frailes Franciscanos de la Renovación.”

Celebramos un ejemplo extraordinario esta semana.  Hoy (miércoles) es el memorial litúrgico de San Padre Pio de Pietrelcina.   Él fue absorbido en un amor fuerte para el Señor crucificado, como San Francisco, pero era un hombre de su tiempo y lugar también, que fundó un hospital moderno.

Quiero decirles que yo le debo mi vocación a San Padre Pio.  Después de graduarme de la universidad, estaba yo en las playas de Puerto Vallarta, México, en un ambiente bien opuesto a la vida religiosa, leyendo una biografía de Padre Pio que fue dado a mí por mi novia.  Ya estaba pensando en la vida franciscana, pero el testimonio de su vida era la inspiración que yo necesitaba en eso momento para tomar el riesgo de entrar en la comunidad de los Frailes en el Bronx.  ¡Gracias a Dios!  Y gracias a ti, Padre Pio, por tu amor generoso en imitar al Señor Jesucristo.

El Señor es el verdadero tesoro que hace todas las cosas nuevas.  ¡Que su santo nombre sea alabado y adorado, ahora y por siempre!

P. Ricardo, CFR


viernes, 4 de septiembre de 2015

Nuestra Tía, Madre Teresa de Calcuta

Así celebramos el memorial litúrgico de Beata Madre Teresa esta semana, recordamos con mucha gratitud la influencia de ella sobre nuestra comunidad.   Decimos que ella es nuestra “tía” porque nos dio consejo y ánimo en el comienzo de nuestra comunidad.   Un consejo muy importante que ella nos dio a nuestros fundadores era que tuviéramos una Hora Santa Eucarística todos los días.

La Hora Santa de adoración Eucarística es bien importante para nosotros.  Normalmente tenemos la Misa en la mañana y la Hora Santa en la tarde y esto refleja que la Eucaristía es “la fuente y la sima” de nuestras vidas, como dijo el Segundo Concilio Vaticano.  Es una sorpresa para muchas personas saber que San Francisco de Asís escribió más sobre la reverencia hacia el Cuerpo y la Sangre de Cristo que algún otro tema.

Madre Teresa nos dijo que es el mismo Jesús en el disfraz de los más pobres o en la Eucaristía, que  reconocerlo en el uno nos ayuda en reconocerlo en el otro.  Siempre Él está con nosotros en sus disfraces más humildes.

Este fin de semana tenemos un retiro “Pan de Vida” que es una fiesta de adoración Eucarística para jóvenes.   Siempre el Señor Jesucristo les revela el amor y el poder de su Presencia a los jóvenes en estos retiros (el mismo que  los retiros “Youth 2000” en los EEUU).   Muchos que no tienen ganas de asistir a un retiro con mucha oración responden después de la procesión Eucarística el sábado en la noche con palabras como “¡Él está aquí!  ¡De veras, está aquí!”  Lo he visto muchas veces, gracias a Dios.

Confiamos en la intercesión de San Francisco y de Beata Madre Teresa que crezcamos en acción de gracias por la presencia del Señor con nosotros cada día.

San Francisco y Beata Teresa de Calcuta - ¡Rueguen por nosotros!

Paz y bien,
P. Ricardo, CFR


lunes, 10 de agosto de 2015

Comunión "espesa"

En este año de la vida religiosa, recordamos las palabras del Papa Francisco a los jóvenes en Rio de Janeiro en 2013: “Que sean siervos de comunión y de la cultura del encuentro.  Me gustaría que sean casi obsesivos con esto….”

La iglesia es un misterio de comunión, es decir, del amor divino.  Participamos en la comunión de la Santísima Trinidad.  Dijo San Juan Pablo II en La Vida Consagrada que “La vida consagrada pone de manifiesto que la participación en la comunión trinitaria puede transformar las relaciones humanas, creando un nuevo tipo de solidaridad”. (#41)

Podemos pensar entonces, en la vida consagrada como un jugo de comunión muy fuerte.  La vida fraternal entre los religiosos es como un jugo concentrado (¡y consagrado!) que da el sabor de la comunión a la iglesia entera. 

¡O podemos decir que es como un café muy espeso para despertar al mundo!

Celebramos esta semana la fiesta de Santa Clara.  Ella vivía esta santa comunión con sus hermanas en la clausura, y las Clarisas continúan en ser expertos en comunión y en dar un testimonio de mucha alegría en la vida contemplativa.

Nuestra Santa Madre Clara, ruega por nosotros.

P. Ricardo, CFR


martes, 4 de agosto de 2015

La Transfiguración

La fiesta de La Transfiguración que celebramos este jueves (6 de Agosto) significa mucho para los religiosos.

San Juan Pablo II escribió en Vita Consecrata, su exhortación apostólica sobre la vida religiosa, “En el evangelio son muchas las palabras y gestos de Cristo que ilumina el sentido de esta especial vocación.  Sin embargo, para captar con una visión de conjunto sus rasgos esenciales, ayuda singularmente contemplar el rostro radiante de Cristo en el misterio de la Transfiguración…   Ella implica un <<subir al monte>> y un <<bajar al monte>>: los discípulos que han gozado de la intimidad del Maestro, envueltos momentáneamente por el esplendor de la vida trinitaria...son invitados a descender para vivir con El las exigencias del designio de Dios y emprender con valor el camino de la cruz”. (#14)

Escribe en este documento con una belleza profunda sobre la amistad especial con el Señor Jesucristo en la invitación de estar con Él en la montaña.  Dice San Juan Pablo que escuchamos allí las palabras del Padre a nosotros también, que somos “hijos amados, en que me complazco”.  Encontramos el reflejo de la vida trinitaria en la vida fraternal y en los tres votos.   Las palabras de San Pedro “bueno es estarnos aquí” describen la alegría de los religiosos en participar en el misterio de la iglesia.   La gloria de este evento es como la dimensión escatológica de la vida consagrada – es decir, un signo de la luz de la vida celestial que es nuestro destino.   En las palabras del Señor “Levántense, no tengan miedo” somos invitados a una confianza renovada.

Estos son algunos temas de que San Juan Pablo II escribió muchas páginas sobre el misterio de la Transfiguración como el icono de la vida religiosa.  Si tiene interés en la vida religiosa, esto es una mina de oro para entender nuestra vocación.

San Juan Pablo II, ruega por nosotros que seamos transfigurados como el Hijo de Dios, para revelar su gloria al mundo.

¡Buena fiesta de la Transfiguración!
P. Ricardo, CFR


domingo, 12 de julio de 2015

El Buen Plan de Dios

Oímos en la segunda lectura de hoy “Dios nos eligió antes de crear el mundo para que fuéramos santos…” (Ef 1:4).

Por andar en el hábito Franciscano es común para nosotros, especialmente en los EEUU u otros países más protestantes o ateos que en América Central, recibir la pregunta “¿Qué es Usted?”   Fíjese que no nos preguntan “¿Quién es?” sino “¿Qué es?”  Respondemos que somos frailes franciscanos, católicos, religiosos, etc.  A veces la próxima pregunta que recibimos es “¿Fue nacido así?”

Con esa pregunta imaginamos un bebé recién nacido en el hospital, con una barbita, con las miradas de sus padres diciendo, “Mira mi amor, ¡tenemos un bebé fraile!  Tenemos que preparar un pequeño hábito para él”….   Normalmente, ¡esto no es así que la vocación se manifiesta!

Pues, en otra manera  yo puedo decir, en verdad, que fui nacido como un fraile, en los ojos de Dios. Él tenía este plan, este destino, para mí antes de crear el mundo.  Es similar para todos que leen este mensaje, que antes de crear el mundo, la tierra debajo de sus pies, el Señor tenía el destino para Ud. ser santo.  (Entiende que no es necesario ser canonizado para ser santo, ¿verdad?)

Esta es la vista panorámica de nuestras vidas.  A veces respondemos, como Amós en la primera lectura “No soy un profeta, ni el hijo de un profeta….” pero el Señor sabe mejor.  La iniciativa es del Padre celestial, no es nuestra idea.  ¡Que confiemos en el buen plan y destino de El para nosotros!   Su misericordia dura por siempre.

¡Que el Señor les dé la paz!

P. Ricardo, CFR

miércoles, 24 de junio de 2015

Una voz llamando en el desierto



 “ Y a ti niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. ”  Lucas 1, 76-77

Durante los años de mi discernimiento de la vocación de un fraile, dudaba bastante mi capacidad de vivir la vida de un hombre consagrado a Dios.  Me pareció una tarea ingente vivir así.  En 2006, tuve la oportunidad de ir a México para peregrinar a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.  Allí me llamó la atención un cuadro que retrataba una imagen de los indios pidiendo el bautismo tras la aparición Guadalupana.  ¡Cuánto desearon el bautismo!  En un período de pocos años, ocho millones fueron bautizados.  Su inmenso deseo y perseverancia me hicieron reflexionar a mi propio bautismo; me pregunté qué significaba ser bautizado.   Desde allí, me encontré con la persona de San Juan Bautista.

¿De quién más podemos aprender sobre el bautismo que de él, quien bautizó aún a Jesucristo?  San Juan Bautista es el ejemplo por excelencia de cómo vivir el bautismo.  Su modo de ser y modo de vivir son la vocación de todos los bautizados, más particularmente de los religiosos consagrados.  La vida consagrada tiene su fundación en el bautismo y que no se nos debe parecer algo extraña ni imposible a vivir.  Debe ser familiar a todos los cristianos porque la consagración religiosa y el bautismo son profundamente relacionados.  En el bautismo se encuentra el sentido y el propósito de la consagrada religiosa.

Como San Juan Bautista, todos los bautizados son llamados a ser profeta, “una voz” que proclama el perdón de los pecados, el arrepentimiento y la venida de Jesucristo.  Por la virtud de nuestro bautismo, ya somos consagrados a Dios.  Por el bautismo, somos criaturas nuevas en el nombre de la Santísima Trinidad.  Por el bautismo, somos hijos adoptivos del Dios Padre.  Por el bautismo, somos incorporados a uno solo cuerpo, la Iglesia, Cuerpo de Cristo.  Por el bautismo, somos templos del Espíritu Santo.

“Incorporados a la Iglesia por el Bautismo, los fieles han recibido el carácter sacramental que los consagra para el culto religioso cristiano.  El sello bautismal capacita y compromete a los cristianos a servir a Dios mediante una participación viva en la santa Liturgia de la Iglesia y a ejercer su sacerdocio bautismal por el testimonio de una vida santa y de una caridad eficaz.”  (CCC 1273)

Por nuestro bautismo, somos llamados a servir a Dios, a participar en la vida de la Iglesia, a ejercer nuestro deber cristiano, a amar a nuestro prójimo y a testificar al evangelio por palabra y obra.  Esto es la vocación de una persona bautizada.  Tal persona que desea comprometerse a este modo de vida por medio de la profesión de los tres votos religiosos o consejos evangélicos.  Al profesar los votos a Dios, tal persona llega a ser una persona consagrada a Dios.  Es decir ha tomado públicamente la decisión de vivir su bautismo como su profesión y ocupación entera.  Toda su vida se dedica totalmente a Dios.

 “Los consejos evangélicos están propuestos en su multiciplidad a todos los discípulos de Cristo.  La perfección de la caridad a la cual son llamados todos los fieles implica, para quienes asumen libremente el llamamiento a la vida consagrada, la obligación de practicar la castidad en el celibato por el Reino, la pobreza y la obediencia.  La profesión de estos consejos en un estado de vida estable reconocido por la Iglesia es lo que caracteriza la Vida Consagrada a Dios.”  CCC 915

“El estado religioso aparece por consiguiente como una de las maneras de vivir una consagración más íntima que tiene su raíz en el bautismo y se dedica totalmente a Dios.  En la vida consagrada, los fieles de Cristo se proponen, bajo la moción del Espíritu Santo, seguir más de cerca a Cristo, entregarse a Dios amado por encima de todo y, persiguiendo la perfección de la caridad en el servicio del Reino, significar y anunciar en la Iglesia la gloria del mundo futuro.” (CCC 916)

La persona consagrada se dedica a servir a Jesús y a la Iglesia, su Esposa.  “Entregado a Dios supremamente amado, aquel a quien el Bautismo ya había destinado a Él, se encuentra en el estado de vida consagrada, más íntimamente comprometido en el servicio divino y dedicado al bien de toda la Iglesia.”  CCC 945

La Vida Consagrada tiene una misión particular.  La consagración religiosa tiene por misión el anunciar al Rey que viene.  “Mediante el estado de ser consagrado, la Iglesia manifiesta a Cristo y muestra cómo el Espíritu Santo obra en ella de modo admirable.  Por tanto, los que profesan los consejos evangélicos tienen como primera misión vivir su consagración.  Pero ya que por su misma consagración se dedican al servicio de la Iglesia están obligados a contribuir de modo especial a la tarea misionera.”  CCC 931

La Vida Consagrada da testimonio público a la Buena Nueva y al mundo futuro.  La consagración religiosa es un “instrumento de la vida de Dios, un signo particular del misterio de la Redención, un ejemplo a sus hermanos, un testimonio admirable.”  (CCC 932)  El estado religioso es un testimonio público a la venida de Cristo.  Es siempre para todos los consagrados el origen y la meta de su vida. (CCC 933)

La Vida Consagrada es nada más que la profundización de nuestro bautismo.  Un mejor entendimiento y una apreciación más profunda de nuestro bautismo pueden ayudar bastante en el discernimiento de una vocación a la Vida Consagrada.

Pidamos suplicantes que Dios conceda la gracia de consagración religiosa a más personas que están discerniendo su vocación.  San Juan Bautista, ruega por nosotros.

 ¡Feliz Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista!

Fray Diego José, CFR

viernes, 5 de junio de 2015


Mi sendero de felicidadhistoria de una vocación religiosa

Nací en Polonia el año 1970. Crecí en una familia católica y muy creyente. Tuve una niñez feliz. Mi mamá era y es una mujer de mucha fe y devoción igual que mi papá. Una de las cosas más lindas que recuerdo de mi niñez son los cantos marianos que me cantaba mi mamá chineándome en sus brazos. Cuando era niño soñaba con ser un piloto. Quería quizás viajar hacia tierras muy lejanas, sin embargo, las condiciones económicas de mi familia no eran favorables para realizar este tipo de sueños.

Desde la edad de ocho años empecé a ocuparme de vacas de mis abuelos paternos. Tenía que pastorearlas. Era mi tarea cotidiana que me tenía ocupado todos los días, desde mayo hasta noviembre, exceptuados los domingos. Postrado boca arriba en un prado suave, miraba a menudo el cielo azul y contemplaba en él a los aviones que lo cruzaban. Y así viajaba sin pagar los boletos. Ya desde cuando era niño tenía curiosidad por otros idiomas, me gustaba mucho el francés. También como niño soñaba con ser un sacerdote. A la edad de nueve años quizás ya “celebraba” la misa para mis compañeros de clase colocado en lo alto de una cerca parroquial, y mis compañeros me escuchaban.

Cuando terminé de frecuentar la escuela, me fui a estudiar en un colegio franciscano de los Frailes Menores en Polonia. Entré allí más que todo para estar un poco más lejos de mi casa paterna y olvidarme para siempre las vacas de mis abuelos. Por eso ni siquiera me informé a fondo acerca del carácter verdadero de este colegio. Entré  en  él sin saber que era... un seminario menor de los frailes. Allí me quedé… para estar más lejos de mis benditas vacas. Pasaron cuatro años.  A los dieciocho años tomé la decisión de hacerme un fraile. Esta vez la razón no eran las vacas. Era por una fuerte experiencia del amor que Dios me tenía a mí y que Él me revelaba en aquel momento.

Hasta aquella fecha (22 febrero 1989), por varias razones, me parecía que sí Dios amaba a todos, pero no tanto a mí ya que era y me sentía un gran pecador. Sin embargo, el amor de Dios entró en mi alma y cuerpo. Me invadió y me recordó el sueño que tenía cuando era niño, el de ser un sacerdote.

Después de la formación inicial con los frailes en Polonia fui ordenado sacerdote y trabajé un año entero en un colegio público enseñando religión católica. Luego, mis superiores me enviaron a Roma (Italia) para completar otros estudios. Así dejé mi querida Polonia en el año 1997.  Dios a su manera, ocultándome el futuro, me llevaba hacia horizontes desconocidos.

El Buen Pastor no siempre me llevaba por caminos fáciles. Me hizo pasar también por “quebradas oscuras” (Salmo 23, 4) durante un tiempo de mi estancia en Italia. Así que tuve que atravesar los “valles” de dudas y de incertidumbres acerca de mi vocación religiosa y sacerdotal.

Al final, cuando sol de la esperanza volvió a brillar sobre mi, despejando todas mis dudas, alguien me regaló un libro sobre la vida de los Frailes de la Renovación. Se trataba de una nueva comunidad religiosa fundada en Nueva York en el 1987. Pronto descubrí que ellos llevaban una vida impregnada de una fuerte y cotidiana devoción eucarística (la Hora Santa todos los días). Muy sorprendido, dentro de mí sentí el llamado del Señor a unirme a ellos.

Con el permiso de mis superiores salí entonces de Europa y me fui a los Estados Unidos para adorar a Jesús junto con ellos. Me sentía como Abraham que había salido de su propia tierra sin saber a donde iba, sin embargo, en mi corazón reinaba paz y alegría. Empezaban también a cumplirse los sueños de mi niñez. Sin llegar a ser un piloto, empecé a viajar en avión hacia tierras muy lejanas. Aprendí también varios idiomas. Llegué a ser misionero. Por primera vez llegué a Nicaragua en el 2010. Un año después, mis superiores me sacaron del país por mis muchas y continuas enfermedades. Me fui en el 2011 pensando que salía de Nicaragua para siempre, sin embargo, Dios tenía otros planes. Regresé a Nicaragua y hasta la fecha gozo de muy buena salud. Hoy veo, con mucha gratitud hacia Dios, como todos los senderos de mi vida se están transformando en senderos de felicidad. ¡Alabado sea Dios!

(P. Gregorio Wierzba, Fraile Franciscano de la Renovación (CFR), Convento San Antonio, Matagalpa).







martes, 26 de mayo de 2015

Los Santos y Humildes Hermanos
Estamos ahora en una estación de los santos Hermanos Capuchinos.   Entre el 11 de mayo y el 8 de junio celebramos por lo menos 5 hermanos Capuchinos canonizados o beatificados. Nosotros celebramos estos santos y beatos como nuestros hermanos también.  ¡Entonces es un tiempo para más postre para nosotros!

 El primer Capuchino canonizado fue San Félix de Cantalicio (1515-1587).  Su vida se hizo el “patrón” o forma de muchos hermanos (laicos) Capuchinos. Fue limosnero en la ciudad de Roma por 40 años, no solo para el convento, sino sobre todo para los pobres y enfermos.  A quien le daba algo le decía “Deo gratias” y a quien que no le daba nada le decía igualmente “Deo gratias”.  Enseñaba a los niños canciones fáciles que el mismo dirigía.  Pasaba las noches en la capilla en oración.  Con una sabiduría humilde y sobrenatural, exhortaba a todos a la caridad.

Las vidas de San Crispín de Viterbo (1668-1750), San Ignacio de Laconi (1701-1781), Beato Félix de Nicosia (1715-1787), Beato Nicolás de Gesturi (1882-1958), parecían muy similar de la vida de San Félix de Cantalicio, todos fueron limosneros por cerca de 40 años.  Todos hacían milagros, especialmente San Ignacio.  Beato Félix de Nicosia dio un testimonio fuerte a la obediencia y Beato Nicolás al silencio.

Hay mucho más hermanos Capuchinos canonizados y beatos, pero estos cinco tienen sus fiestas entre este mes.

Cuando algunos personas me pregunta cómo se puede saber si un fraile es sacerdote o hermano (laico), si hay diferencia en nuestros hábitos o barbas o algo para distinguirnos, normalmente yo les respondo “!El hermano (laico) tiene una aureola más visible!”  Con tantos ejemplos santos, hay razones por esta respuesta, ¿verdad? 

Todavía el Señor está llamando a algunos hombres a esta vocación humilde y santa.  No es entendido o apreciado por muchas personas que aprecian el sacerdocio, pero es apreciado por Dios y por los que aprecian la santidad.

Santos Hermanos Capuchinos – ¡Rueguen por nosotros!

P. Ricardo, CFR



N.B.  Hemos cambiado las fechas de días vocacionales.  Llámanos por mas información. 

lunes, 11 de mayo de 2015

En los brazos de María

En este mes del Mayo cuando celebramos el día de las madres, celebramos especialmente el amor de nuestra madre celestial, la Virgen María, que nos cuida también.   Ella tiene interés por el bien de todos los hijos de Dios. Aun podemos decir que ella cuida por nosotros con su intercesión por nuestras madres terrenales, que ellas tengan las fuerzas necesarias para ayudarnos en nuestras necesidades.   Cuando las madres no pueden cuidar a sus hijos por razón de edad o enfermedad, la madre de Dios da la fuerza a los hijos para cuidar a sus madres. (Aquí en Honduras hay un buen testimonio en la cultura para cuidar la madre anciana en la casa de sus hijos.

      Yo soy un tipo de converso a la Madre de Dios.   Es porque tuve una experiencia de conversión en una iglesia protestante cuando tenía trece años.  Yo era católica y asistía a la misa los domingos con mi familia, pero no tenía mucho interés hasta ese momento.  Después de ese día empecé a preguntar  mucho de las cosas espirituales pero leí más obras protestantes que católicas.  Por eso en el colegio, cuando un amigo mío me dijo que si yo no creía en la Inmaculada Concepción y la Asunción de la Virgen María no sería yo un católico, yo le respondí  “Entonces, no soy católico.”    Pero, gracias a Dios, en la universidad estudie' más teología católica que me llevo' a una fe más profunda y católica, una apreciación por los sacramentos, la iglesia católica, y la Madre de Dios.

    Es razonable pensar que el Señor que nos dio los mandamientos, debía seguirlos más perfectamente, incluyendo “honrarás a tus padres.” (No podemos imaginar el joven Señor Jesu's diciendo a sus padres “Yo escribió los mandamientos, no tengo que obedecerlos.”) Tiene sentido que Él quería dar a su madre los buenísimos dones de Dios, como la libertad del pecado.  También es evidente que el Señor y su madre no tienen competición.  Cuando honramos al hijo honramos a la madre, y cuando honramos a la madre honramos al Hijo.

    En los brazos y en las primeras miradas del amor en los ojos de la madre, el bebe entiende que es amado.  El Señor Jesucristo experimento’ eso en los brazos de su madre.  Que asombroso para ella mirar en los ojos de su bebe que era también su Creador.  Ella tuvo esa experiencia única, sin embargo fue una peregrinación en la fe, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica.

    San Francisco de Asís honraba mucho a la Madre de Dios, especialmente por su humildad y pobreza.  Él honraba a ella como  la imagen de la iglesia en su perfección.  Por eso, voy a terminar con una oración que San Francisco escribió, llamada el Saludo a la Bienaventurada Virgen María:
    Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, virgen hecha iglesia,
    y elegida por el santísimo Padre de cielo,
    consagrada por El con su santísimo Hijo amado
    y el Espíritu Santo Paráclito;
    Que tuvo y tiene toda la plenitud de la gracia y todo bien!
    Salve, palacio de Dios!      Salve, tabernáculo de Dios!
    Salve, casa de Dios!       Salve, vestidura de Dios!
    Salve, esclava de Dios!     Salve, Madre de Dios!
    Salve, también, todas ustedes, santas virtudes,
    que por la gracia e iluminación del Espíritu Santo,
    son infundidas en los corazones de los fieles,
    para hacerlos, de infieles, fieles a Dios!

¡Que la Madre de Dios lleve a Ud. en sus brazos, cerca de su Inmaculado Corazón!

 P. Ricardo, CFR

domingo, 5 de abril de 2015

¡Felices pascuas!  ¡Cristo ha resucitado!

Leemos en el capítulo 20 del evangelio de San Juan, que el discípulo preferido de Jesús corría más rápido que Pedro y se le adelanto’ al sepulcro.  En esta santa pascua de la resurrección del Señor corramos más aprisa también a la vida futura.

Esta es la misión escatológica de los religiosos en la iglesia.  Nuestras vidas son señales de la vida eterna.  Corramos adelante en pensar en el cuerpo glorificado, por ejemplo.  Yo pienso mucho en el cielo y en las físicas del cuerpo glorificado.  Santo Tomas de Aquino dice que vamos a tener el don de la “agilidad” para estar en cualquier lugar que deseamos inmediatamente.  Yo pienso que las físicas del cuerpo glorificado van a incluir la habilidad de controlar todos los electrones y protones en los átomos de nuestros cuerpos como ahora controlamos nuestras manos.  Solo son especulaciones, pero recordamos que el Señor resucitado pasaba por las paredes o puertas y que apareció a sus discípulos con disfraces.

Nos damos cuenta que el cielo no es un espacio exactamente como un poco delante de la próxima galaxia y doble a la derecha a la próxima estrella.  Es una manera de estar con Dios sin el velo que tenemos en esta vida.  Es estar unidos con El perfectamente, con el cumplimiento de todos nuestros buenos deseos.

Entonces que nuestros corazones y aun nuestras imaginaciones corran adelante en esta vida con la esperanza en nuestro Señor que tiene la victoria sobre la muerte.

¡Cristo ha resucitado!  ¡En verdad ha resucitado!

P. Ricardo

miércoles, 1 de abril de 2015

Como entramos en este tiempo sagrado

En estos días sagrados de la semana santa entramos en el Sagrado Corazón de Jesús que no es limitado por el tiempo.  Hay una eternidad en el corazón de Jesús.

Hay muchos santos que se daban cuenta que el Señor podía ver el futuro cuando estaba en el huerto de Getsemaní o cuando estaba cargando la cruz, que Él sabía que iban a ser muchos que tendrían indiferencia a su Pasión salvadora.  También Él podía ver los cristianos que querrían estar con Él en sus sufrimientos y compadecer consigo.

Por ejemplo, Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), escribió que las tres caídas del Señor en la vía crucis pueden representar las tres caídas de la raza humana.  La primera fue el pecado original de Adán y Eva y también el rechazo de la alianza de Dios en el antiguo testamento.   La segunda fue el rechazo del Hijo de Dios en la tierra, cuando Él fue abandonado por casi todos sus discípulos y clavado a la cruz.  La tercera caída significa nuestro tiempo, el tiempo cuando tenemos la plenitud de la revelación de Dios pero todavía muchos no le aceptan, ni su misericordia.

Pero también, dijo Santa Teresa Benedicta, el Señor recibió fuerza y conforta pensando durante su vía crucis de los fieles a Dios – los patriarcas y profetas en el antiguo testamento, su madre y las fieles mujeres que estuvieron con Él durante su pasión y muerte, y los santos fieles en el futuro (como San Francisco, San Padre Pio y muchos otros) que querían compadecer con Él en sus sufrimientos.

Entonces cuando entramos en los misterios de la pasión del Señor Jesucristo en estos días, podemos confortar a Él aun en el pasado, durante su pasión y vía crucis.  Que estemos con Él con todo nuestro corazón para unirnos con su corazón eterno.

Muchas bendiciones para la semana santa.

P. Ricardo

miércoles, 11 de marzo de 2015

La Rueda de la Vida





La rueda no es sólo una máquina simple.  Se puede verla como una imagen que bien representa la vida espiritual.  La rueda es compuesta por tres partes: el cubo (el centro), los rayos y la llanta (el rin).  El cubo representa a Jesús, quien está (o debe estar) en el centro de nuestra vida.  Los rayos representan las cuatros áreas importantes y necesarias en nuestra vida espiritual.  Y la llanta representa nuestra vida actual.


La fuente de fuerza de una rueda es el cubo (el centro).  Y para que se mueva la rueda, hay que disipar la fuerza desde el cubo hacia la llanta (el rin) por los rayos.  Si uno o más de los rayos está ausente o débil, la rueda no andaría muy bien.  Si la mayoría de los rayos se van, la rueda no anda más aunque tiene mucha fuerza.


En la vida espiritual, necesitamos cuatro rayos por las cuales recibimos la fuerza que proviene de Jesús para que andemos firme en la fe: 1.  Los sacramentos y la vida iglesia, 2. La oración y las Escrituras, 3. La comunidad y fraternidad, 4. El testimonio y servicio.  Si falta uno o más de esos rayos, nuestra vida cristiana sería débil.  Al discernir nuestra vocación, buscamos la dirección donde Dios nos llama.  Pero antes de que podamos tomar una dirección, necesitamos la capacidad de andar primero.

No importa si usted está discerniendo el matrimonio, el sacerdocio o la vida consagrada, la analogía de rueda se aplica igual.  Espero que le sea útil y le servirá bien en su crecimiento cristiano y discernimiento.

fray diego josé, cfr