Comunión "espesa"
En este año
de la vida religiosa, recordamos las palabras del Papa Francisco a los jóvenes en
Rio de Janeiro en 2013: “Que sean siervos de comunión y de la cultura del
encuentro. Me gustaría que sean casi
obsesivos con esto….”
La iglesia
es un misterio de comunión, es decir, del amor divino. Participamos
en la comunión de la Santísima Trinidad.
Dijo San Juan Pablo II en La Vida
Consagrada que “La vida consagrada pone de manifiesto que la participación
en la comunión trinitaria puede transformar las relaciones humanas, creando un
nuevo tipo de solidaridad”. (#41)
Podemos
pensar entonces, en la vida consagrada como un jugo de comunión muy
fuerte. La vida fraternal entre los
religiosos es como un jugo concentrado (¡y consagrado!) que da el sabor de la
comunión a la iglesia entera.
¡O podemos
decir que es como un café muy espeso para despertar al mundo!
Celebramos
esta semana la fiesta de Santa Clara.
Ella vivía esta santa comunión con sus hermanas en la clausura, y las
Clarisas continúan en ser expertos en comunión y en dar un testimonio de mucha alegría
en la vida contemplativa.
Nuestra
Santa Madre Clara, ruega por nosotros.
P. Ricardo,
CFR
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