La Transfiguración
La fiesta de La Transfiguración que celebramos este jueves (6 de Agosto) significa mucho para los religiosos.
San Juan
Pablo II escribió en Vita Consecrata,
su exhortación apostólica sobre la vida religiosa, “En el evangelio son muchas
las palabras y gestos de Cristo que ilumina el sentido de esta especial
vocación. Sin embargo, para captar con
una visión de conjunto sus rasgos esenciales, ayuda singularmente contemplar el
rostro radiante de Cristo en el misterio de la Transfiguración… Ella implica un <<subir al
monte>> y un <<bajar al monte>>: los discípulos que han
gozado de la intimidad del Maestro, envueltos momentáneamente por el esplendor
de la vida trinitaria...son invitados a descender para vivir con El las
exigencias del designio de Dios y emprender con valor el camino de la cruz”.
(#14)
Escribe en
este documento con una belleza profunda sobre la amistad especial con el Señor
Jesucristo en la invitación de estar con Él en la montaña. Dice San Juan Pablo que escuchamos allí las palabras del Padre a
nosotros también, que somos “hijos amados, en que me complazco”. Encontramos el reflejo de la vida trinitaria
en la vida fraternal y en los tres votos. Las
palabras de San Pedro “bueno es estarnos aquí” describen la alegría de los
religiosos en participar en el misterio de la iglesia. La gloria de este evento es como la
dimensión escatológica de la vida consagrada – es decir, un signo de la luz de
la vida celestial que es nuestro destino.
En las palabras del Señor “Levántense, no tengan miedo” somos invitados
a una confianza renovada.
Estos son
algunos temas de que San Juan Pablo II escribió muchas páginas sobre el misterio de la Transfiguración como el icono de la vida
religiosa. Si tiene interés en la vida
religiosa, esto es una mina de oro para entender nuestra vocación.
San Juan
Pablo II, ruega por nosotros que seamos transfigurados como el Hijo de Dios, para revelar su gloria al mundo.
¡Buena
fiesta de la Transfiguración!
P. Ricardo,
CFR
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