domingo, 27 de marzo de 2016

¡Cristo ha resucitado!

Con su resurrección el Señor Jesucristo ha abierto las puertas  del cielo para nosotros.   La muerte no tiene un poder para siempre – solamente es un pasaje, como el pasaje que hicimos del vientre de nuestras madres hacia la luz del mundo. 

¿Podemos imaginar la luz del cielo?  Si, aun podemos imaginar nuestros cuerpos como cuerpos de una luz brillante que refleja la gloria y la majestad de Dios. Dice la segunda carta de San Pedro (1:4) que vamos a participar de la naturaleza de Dios.  Es bueno que pensemos en la gloria que las personas en nuestras vidas vayan a tener algún día.  Mis padres, hermanos, hijos, compañeros del trabajo o hermanos de mi comunidad, por ejemplo, vayan a tener cuerpos de luz algún día por la misericordia y gracia de Dios.  A veces nuestra imaginación nos ayuda en ver la realidad con más claridad.  Es bueno ver a mi hermano con la gloria que vaya tener algún día para tratarlo como merece una persona resucitada e inmortal.

Pienso que el cielo va a ser una risa eterna.  Siempre Dios es una sorpresa para nosotros.  Hay un drama llamado “Lázaro se ríe”.  Es una cuenta imaginativa del martirio de Lázaro, el amigo del Señor que Él lo resucitó.   Los fariseos  y los Romanos están amenazando a Lázaro que vayan a matarlo por dar testimonio a Jesús.   El empieza a reírse por el pensamiento de morir otra vez.   Lo más que lo amenacen, lo más fuerte él se ríe.  ¡Después de regresar de la muerte una vez, no parece tan serio!

La misericordia de Dios es más fuerte que la muerte.  Que experimente en su vida esta victoria más y más.
 
¡Felices pascuas!

P. Ricardo, CFR

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