El Cuerpo y La Sangre del Señor
Estamos por celebrar la solemnidad del Cuerpo y La Sangre del
Señor. Recordemos como San Francisco
ayudó a la gente de su época crecer en la devoción al Santísimo Sacramento.
Es una sorpresa para muchas personas por su imagen de San Francisco
que él escribió más sobre la reverencia hacia la eucaristía que sobre cualquier
otro tema. La primera de sus 28
admoniciones (o consejos) para los friales es la más larga y habla sobre la fe
en la presencia del Señor y reverencia por la eucaristía. Siempre él usaba las palabras “El Cuerpo y la
Sangre de Señor”, no palabras abstractas, para referir al Santísimo Sacramento
del altar.
El siguiente es una parte de su carta a la orden de los frailes:
“Tiemble el hombre todo, estremézcase el mundo entero y salte de
gozo el cielo,
cuando está sobre el altar, en las manos del sacerdote, Cristo, el
Hijo de Dios vivo.
¡Oh alteza admirable y asombrosa dignación!
¡Oh humildad sublime, oh sublimidad humilde!
¡El Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, se humilla hasta el
punto de ocultarse,
por nuestra salvación, bajo una pequeña forma de pan!
Mirad, hermanos, la humildad de Dios
y derramad vuestros corazones
en su presencia.
Humillaos también vosotros para ser levantados por él.
No retengáis, pues, nada de vosotros para vosotros mismos,
a fin de que os reciba enteramente aquel que enteramente se entrega
a vosotros.”
Que asombroso que el Señor nos da una participación en la comunión
divina.
Dijo San Maximiliano Kolbe que
si tuviera posible para los ángeles en el cielo tener envidia de los hombres,
seria porque nosotros podemos recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Paz y bien,
P. Ricardo, CFR
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