Correr para moverse
Discúlpame por no
escribir por un rato.
Estamos por empezar la
cuaresma. Cuando empezamos este tiempo
del año litúrgico a veces siento como esté en el comienzo de una carrera. Recuerdo los sentimientos que siempre sentía
antes de una carrera durante el colegio, cuando estaba yo en el equipo de
“cross-country” – el deporte de correr 5 kilómetros. Sentía emocionado, nervioso, listo para dar
cada rasgo de la energía que tenía en mi cuerpo para ganar un buen puesto en la
carrera.
Cuando empecemos las
practicas de la penitencia para la cuaresma, a veces pensemos en ellas como ejercicios de disciplina y
de espiritualidad para aumentar nuestros “músculos espirituales”. En mi mente, esta es como hacer ejercicios de
correr en un lugar, sin moverse a otro lugar.
Correr para ejercitarme es bueno y aumenta mi respiración y el latido de
mi corazón, pero al fin de cuentas no me mueve mi corazón de un lugar al otro.
En cambio, el Señor
quiere más que ejercicios de nosotros esta cuaresma. El quiere que nuestros corazones se muden de
un lugar al otro, que avancemos en nuestra relación con Él. Si pensáramos mas en nuestro éxito en hacer
ejercicios de penitencia que en crecer en la relación con Dios, no nos acercaríamos
mucho a Él.
Es bueno preguntarle al Espíritu Santo de cual
manera necesite yo crecer en la oración, en la generosidad, en ayunar para
unirme verdaderamente con el Sagrado Corazón de Jesús. Cuando estamos unidos al Corazón de Jesús,
Él nos lleva a su Padre. Este año de la
misericordia tiene una gracia especial para recibir la misericordia del Padre
para que nos acerquemos a Él. !Esto es el
premio que vale el correr la carrera.!
Que el Señor le dé una cuaresma bien
bendecida.
P.
Ricardo, CFR
(Y les pido sus oraciones para un retiro que P.
Gregorio, P. Miquel y yo vamos a dar a las Misioneras de Caridad en Cuba. Gracias.)
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