miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mucho Incienso para Nuestro Papa Francisco

La semana pasada nos visitó aquí en Nueva York un huésped especial: el Papa Francisco. Yo estoy en mi cuarto año de estudios de teología, y junto con los demás seminaristas, tuve la bendición de servir en ciertas capacidades litúrgicas durante su visita. En particular, me escogieron (no se porque) para servir como diácono del incienso durante las vísperas solemnes en la catedral de San Patricio en Manhattan. Tuvimos muchas prácticas para que se nos hiciera más fácil. Con anticipación y emoción esperábamos su venida al catedral (¡sí que había bastante seguridad!).
Cuando mostraron en la tele (hay televisiones colocadas dentro del catedral, para que la gente vea mejor) que el Papa venía en rumbo por la calle de 5th Avenue la gente se puso jubiloso y se sintió la energía y emoción subir aún más. Claro que al abrir los portones grandes, el Papa entró en la catedral, y todos—junto con el Cardenal Timothy Dolan—lo recibieron con cariño y alegría.
En la hora de las vísperas, todo salió bien gracias a Dios. Yo serví bien incensando el altar, el Papa, y todos los demás. Las palabras de Su Santidad nos animaban para amar y rezar por el prójimo, especialmente por la gente musulmana quienes sufrían una tragedia en su lugar de peregrinación en Mecca. Después de vísperas el Papa saludo a cada uno de los seminaristas quienes habíamos servido durante las vísperas.
Esa noche tomé el metro para regresar al convento. Fue una alegría viendo otros frailes (el Padre Pascual, Fray Teresiano, etc.), las “madres de Calcutta,” monjas de India, feligreses, y personas de otras religiones (o ninguna religión) quienes me contaban del admiro que tenían para el Papa. También muchos de los católicos quienes no practicaban su fe tenían ganas de regresar a la Iglesia. Este día y el día siguiente en Madison Square Garden, la presencia del Papa nos ofreció la oportunidad de relacionar con la gente a un nivel más humana y amable que normalmente sucedería. Toda la ciudad cambió. Claro que siendo fraile con barba ofrecía bastantes oportunidades para dialogar, evangelizar y dar testimonio de nuestra fe católica.
El Papa Francisco se ofrecía de sí mismo y seguía adelante, a pesar de su edad y salud. El Espíritu Santo lo animaba en su misión a los Estados Unidos, y hemos sido animados también.
Ahora hay que rezar por el Sínodo de la Familia que ya pronto empieza. El día inicial es justo el día de un santo especial: el 4 de octubre. San Francisco de Asís, ruega por nos.

Fray Antonio María Diez de Medina, CFR

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Lo Viejo y Lo Nuevo

San Mateo, el primer nombre que encontramos cuando abrimos el Nuevo Testamento, escribió unas palabras del Señor que caracteriza su evangelio y también algo que esperamos para nuestra comunidad de frailes.  Dice “Todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas” (Mt 13:52).

Inspirado por el Espíritu Santo, San Mateo mostraba la continuidad entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.   Dijeron algunos padres de la Iglesia que el nuevo está escondido en el antiguo y el antiguo está cumplido en el nuevo.

Hay algo similar que ocurre en las reformas franciscanas, como la de nosotros.  Queremos captar la inspiración original de nuestro fundador, San Francisco.  Pero también queremos traducir esta inspiración y carisma en sus raíces, con entusiasmo y de manera auténtica, en el “idioma” de nuestro día. Queremos seguir al Señor Jesucristo con un amor radical, en una continuidad dinámica con la historia franciscana.   Esto es el reto de todas las reformas.  Es lo que significa nuestro nombre de “Frailes Franciscanos de la Renovación.”

Celebramos un ejemplo extraordinario esta semana.  Hoy (miércoles) es el memorial litúrgico de San Padre Pio de Pietrelcina.   Él fue absorbido en un amor fuerte para el Señor crucificado, como San Francisco, pero era un hombre de su tiempo y lugar también, que fundó un hospital moderno.

Quiero decirles que yo le debo mi vocación a San Padre Pio.  Después de graduarme de la universidad, estaba yo en las playas de Puerto Vallarta, México, en un ambiente bien opuesto a la vida religiosa, leyendo una biografía de Padre Pio que fue dado a mí por mi novia.  Ya estaba pensando en la vida franciscana, pero el testimonio de su vida era la inspiración que yo necesitaba en eso momento para tomar el riesgo de entrar en la comunidad de los Frailes en el Bronx.  ¡Gracias a Dios!  Y gracias a ti, Padre Pio, por tu amor generoso en imitar al Señor Jesucristo.

El Señor es el verdadero tesoro que hace todas las cosas nuevas.  ¡Que su santo nombre sea alabado y adorado, ahora y por siempre!

P. Ricardo, CFR


viernes, 4 de septiembre de 2015

Nuestra Tía, Madre Teresa de Calcuta

Así celebramos el memorial litúrgico de Beata Madre Teresa esta semana, recordamos con mucha gratitud la influencia de ella sobre nuestra comunidad.   Decimos que ella es nuestra “tía” porque nos dio consejo y ánimo en el comienzo de nuestra comunidad.   Un consejo muy importante que ella nos dio a nuestros fundadores era que tuviéramos una Hora Santa Eucarística todos los días.

La Hora Santa de adoración Eucarística es bien importante para nosotros.  Normalmente tenemos la Misa en la mañana y la Hora Santa en la tarde y esto refleja que la Eucaristía es “la fuente y la sima” de nuestras vidas, como dijo el Segundo Concilio Vaticano.  Es una sorpresa para muchas personas saber que San Francisco de Asís escribió más sobre la reverencia hacia el Cuerpo y la Sangre de Cristo que algún otro tema.

Madre Teresa nos dijo que es el mismo Jesús en el disfraz de los más pobres o en la Eucaristía, que  reconocerlo en el uno nos ayuda en reconocerlo en el otro.  Siempre Él está con nosotros en sus disfraces más humildes.

Este fin de semana tenemos un retiro “Pan de Vida” que es una fiesta de adoración Eucarística para jóvenes.   Siempre el Señor Jesucristo les revela el amor y el poder de su Presencia a los jóvenes en estos retiros (el mismo que  los retiros “Youth 2000” en los EEUU).   Muchos que no tienen ganas de asistir a un retiro con mucha oración responden después de la procesión Eucarística el sábado en la noche con palabras como “¡Él está aquí!  ¡De veras, está aquí!”  Lo he visto muchas veces, gracias a Dios.

Confiamos en la intercesión de San Francisco y de Beata Madre Teresa que crezcamos en acción de gracias por la presencia del Señor con nosotros cada día.

San Francisco y Beata Teresa de Calcuta - ¡Rueguen por nosotros!

Paz y bien,
P. Ricardo, CFR