La rueda no es sólo una máquina simple. Se puede verla como una imagen que bien representa la vida espiritual. La rueda es compuesta por tres partes: el cubo (el centro), los rayos y la llanta (el rin). El cubo representa a Jesús, quien está (o debe estar) en el centro de nuestra vida. Los rayos representan las cuatros áreas importantes y necesarias en nuestra vida espiritual. Y la llanta representa nuestra vida actual.
La fuente de fuerza de una rueda es el cubo (el centro). Y para que se mueva la rueda, hay que disipar la fuerza desde el cubo hacia la llanta (el rin) por los rayos. Si uno o más de los rayos está ausente o débil, la rueda no andaría muy bien. Si la mayoría de los rayos se van, la rueda no anda más aunque tiene mucha fuerza.
En la vida espiritual, necesitamos cuatro rayos por las cuales recibimos la fuerza que proviene de Jesús para que andemos firme en la fe: 1. Los sacramentos y la vida iglesia, 2. La oración y las Escrituras, 3. La comunidad y fraternidad, 4. El testimonio y servicio. Si falta uno o más de esos rayos, nuestra vida cristiana sería débil. Al discernir nuestra vocación, buscamos la dirección donde Dios nos llama. Pero antes de que podamos tomar una dirección, necesitamos la capacidad de andar primero.
No importa si usted está discerniendo el matrimonio, el sacerdocio o la vida consagrada, la analogía de rueda se aplica igual. Espero que le sea útil y le servirá bien en su crecimiento cristiano y discernimiento.
fray diego josé, cfr